Adecuar los juguetes a la edad de los niños
Los niños mejoran la psicomotricidad durante el juego pero también aprenden a manejar las emociones. Gracias a la simulación pueden manejar situaciones que le resultaron difíciles durante el día o sobre las que quieren explorar. Como indica la psicóloga y formadora del Instituto Prisma Psicólogos, Alicia Reinoso García “Mediante el juego el niño también canaliza sus emociones y “habla” tanto de sus deseos como de sus necesidades. Por este motivo, en muchas ocasiones los niños repiten el juego y situaciones similares en el mismo hasta que éstas se resuelven por aprendizaje. Es una manera de relacionare con el mundo y con el entorno, de desarrollar la imaginación y la creatividad.”
Los pequeños en sus juegos reproducen lo que ven y practican las habilidades recién aprendidas. Pero dependiendo de su edad la complejidad de los roles o de las tareas a desarrollar en el juego varían. Por eso es importante que el juguete que escojamos sea seguro, adecuado para la edad y los gustos del niño al que se lo estamos regalando, si son correctos favorecerán el aprendizaje: intelectual, sensorial, motriz y social.
Hay diferentes aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un juguete. Uno de ellos es la seguridad, por ejemplo que haya pasado los controles necesarios previos y cumpla con las normas de calidad, así como las especificaciones técnicas, advertencias sobre su uso, si requiere pilas, precauciones que haya que tener en su utilización, edad recomendada, etc. Para ello es muy importante fijarse en el etiquetado de los juguetes.
A la hora de elegir un juguete se debe pensar en los beneficios aportados y la fase del desarrollo en el que se encuentra el pequeño, para poder elegir la psicóloga Alicia Reinoso nos da unas pautas:
Hasta los dos o tres años, el juego va a ser egocéntrico e individual, por lo tanto se trata de juegos que fomentan el desarrollo de la psicomotricidad y la estimulación sensorial: táctil, auditiva y visual principalmente. Construcciones y juegos musicales son apropiados para este momento. Suele tratarse de ejercicios de distintas funciones corporales.
A partir de los tres años el juego se vuelve más interactivo. El anterior punto no significa que no tengamos que acompañar al niño en el juego, solo que no participaremos en él como uno más. Por ello, a partir de esta edad son capaces de construir mundos ficticios y serán los juguetes que les permitan construir realidades imaginarias como muñecas, castigos, legos, y animales, los más adecuados a esta edad.
Después de los 5 o 6 años comenzarán a entender los juegos regulados por normas: los deportes y los juegos de mesa son adecuados para este momento y permiten al niño introducir a otro con el que interactuar de forma más compleja.