El juego es diversión pero también es aprendizaje
“Un juguete, una ilusión” hace posible que cada año más niños aprendan y se diviertan jugando. La iniciativa envía juguetes de todo tipo que permiten al niño experimentar diferentes habilidades y sensaciones. Juguetes unipersonales, y otros que favorecen el juego en comunidad beneficiando el desarrollo cognitivo, psicomotor, afectivo, social, y de la personalidad de los niños.
Desde que se creara “Un juguete, una ilusión” contamos con el apoyo de distintas empresas jugueteras que se encargan de diseñar y fabricar los juguetes que precisa la campaña. Se trata de juguetes siempre ceñidos a unas premisas, pues no hay que olvidar que sus destinatarios son niños cuyo entorno carece de la más mínima tecnología que permita su reposición.
Los distintos fabricantes que colaboran con la iniciativa se prestan a abaratar los costes de producción ya que el precio de la fabricación del juguete y su posterior envío, debe ajustarse al coste del objeto promocional vendido cada edición.
El primero de todos fue una tarjeta solidaria, al año siguiente el pompero que duró tres ediciones, después surgió la idea de la peonza que tuvo mucha aceptación, y desde 2006, coincidiendo con la VII edición, pensando en un producto que llegara a todos los públicos, lanzamos un bolígrafo solidario, bajo el lema de “Dibuja una ilusión”.
Desde entonces cumpliendo esa premisa, gracias al apoyo desinteresado de miles de personas y entidades colaboradores, nuestro objeto promocional ha dibujado millones de ellas en la vida de miles de niños.
En estos 15 años, 7.500.000 de menores sin recursos se han beneficiado de la iniciativa con juguetes que suponen una herramienta fundamental y un estímulo adicional para ellos.
Se trata del primer juguete de su vida. Un preciado regalo que les ayuda a ser un poco más felices y les da la oportunidad de vivir la infancia que se merecen.
