Carlos Ruiz Zafón
Mi juguete preferido era una pila de pequeños bloques de construcción que guardaba en un tambor de detergente. Con estas piezas me construía barcos, rascacielos y ciudades enteras. Aprendí que lo importante para jugar era emplear la imaginación y que la mayoría de las veces los objetos más simples, una caja de cartón o una percha rota, podían convertirse en cualquier cosa.